Precipicio.


Y me coloqué al borde del precipicio, y no sabía si esperar a que me salvaras, o lanzarme al vacío. Porqué una vida sin ti, es demasiado dura, así que.. ¿para qué seguir sufriendo? Nada de esto merece la pena, que sí, en el fondo, si que vale la pena, y vale la pena estar contigo, pero si no es así... no quiero seguir viviendo esto. No quiero seguir viéndote cogido del brazo de otra, no quiero seguir aquí sabiendo que nunca pude hacerte feliz, o lo hice, pero no de la manera en la que yo estoy pensando, sino como amigos, nada más que amigos. Pero yo quiero hacerte feliz de modo que una vez al mes, en nuestro día, prepararte alguna que otra sorpresa, porque todos los días son buenos para gritarte a los cuatro vientos "¡QUÉ TE QUIERO!", y todos los días son buenos para demostrártelo, aunque... una vez al mes, hacer algo más especial, nunca está de más, ¿no?, hacerte feliz para cuando estés triste o enfermo, poder ir a tu casa, comer palomitas, hacerte cosquillas y hacerte reír como yo solo sé. Ir a tu casa de sorpresa, para merendar juntos; o perdernos por ahí y que ni el mismo mundo nos encuentre, solos tú y yo. 
Muchas veces, me he imaginado como sería vivir una vida a tu lado, como serían nuestros hijos, nuestros planes de futuro, la casa donde viviríamos, incluso, donde sería nuestro primer viaje juntos, pero, como ya te he dicho, sólo son imaginaciones mías, porque tú, no tienes lo mismo en mente que yo.
Así que, solo quiero que te quede claro, que yo haría de nuestra rutina un plan de vida perfecto, y sí, lo escribo al borde de un precipicio donde no sé si saltar, o esperar a que vengas por detrás y me abraces, salvándome de esta locura que me aprisiona.

Pd: te quiero, y siempre te quise.


Comentarios