Little things.

A veces, no valoramos los pequeños detalles, sin darnos cuenta de que estos son los que hacen grandes cosas. 

Que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás.

Porqué la vida son momentos, aunque ahora, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, desperdiciando esos momentos que no vamos a poder ver de nuevo, esos que ya han desaparecido. Y han desaparecido por no saber valorarlos, por no saber valorar esas pequeñas cosas, esos pequeños detalles, esos, que marcan la diferencia, que son tan bonitos, o más, como los grandes, son incluso más importantes, porque no ocurren muy a menudo, solo ocurren en determinados momentos, y es ahí, cuando se hacen aún más especiales, porque llega de sorpresa, sin que te lo esperes, y tienes que estar avispado, para no perdértelo. 

Que una simple mirada puede cambiarlo todo, o simplemente los pequeños detalles que puede hacerte una persona especial y no un gran regalo, como por ejemplo con un simple mensaje diciéndote “te quiero” es más que si te regala una camiseta de 50€. Porque es verdad, que ahora la gente se ha vuelto muy materialista, y no se dan cuenta de que es más importante la persona que hace ese detalle, que el regalo en sí. Que deberíamos valorar más a las personas antes que a un simple regalo. Y es que, es mucho más importante lo emocional, antes que lo material. 

Porqué como dijo Benjamin Franklin “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.”