Sufrí, amé, viví, lloré.
Desayuné tus besos en amaneceres de verano,
me envolví en tus brazos en tardes de invierno,
y te echaré de menos en las noches de primavera.
Probé el elixir y a la vez veneno de tus besos,
sufrí el miedo a perderte cada noche,
escuché las voces que me alejaban de ti con violencia,
pero solo presté atención a las que me acercaban a ti y tu inocencia.
Sufrí,
amé,
viví,
lloré.
No quise escuchar las advertencias,
preferí quedarme con las experiencias.
Nunca quise correr,
ni separarme de tu lado,
pues ahí encontré todo lo que había buscado.
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