Gracias por permanecer.



Gracias por aparecer aquel día y quedarte, sobre todo eso, gracias por quedarte. Gracias por quedarte día tras día. Gracias por aguantarme cada día de los que hemos pasado. Gracias por tus consejos. Gracias por apoyarme e intentar subirme el ánimo, hasta cuando ni yo sé que me pasa. Gracias por secarme las lágrimas y tener un hombro en el que apoyarme. Gracias por no haberte ido nunca, por quedarte ahí, peleando contra las adversidades. 

Gracias por ser la persona causante de mi dolor de tripa cuando me río hasta quedarme sin poder respirar, y gracias por soportar mis tonterías. Gracias por hacerme sentir lo afortunada que me siento. Espero que te quedes, porqué yo lo voy a hacer.

Gracias por permanecer, te quiero. 

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