Los cafés siempre estaban insípidos para ella, a pesar de su intenso aroma. El cielo siempre aparentaba estar gris, por muy intenso que fuera su cián brillante. Los viajes en autobús urbano siempre eran una excusa perfecta para que la melancolía se abriera paso. Su risa tímida demostraba que la monotonía y la tristeza, puede ser ese toque de inspiración que a muchos nos falta. Puede que la rutina no sea tan mala.
Little things.
A veces, no valoramos los pequeños detalles, sin darnos cuenta de que estos son los que hacen grandes cosas. Que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás. Porqué la vida son momentos, aunque ahora, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, desperdiciando esos momentos que no vamos a poder ver de nuevo, esos que ya han desaparecido. Y han desaparecido por no saber valorarlos, por no saber valorar esas pequeñas cosas, esos pequeños detalles, esos, que marcan la diferencia, que son tan bonitos, o más, como los grandes, son incluso más importantes, porque no ocurren muy a menudo, solo ocurren en determinados momentos, y es ahí, cuando se hacen aún más especiales, porque llega de sorpresa, sin que te lo esperes, y tienes que estar avispado, para no perdértelo. Que una simple mirada puede cambiarlo todo, o simplemente los pequeños detalles que puede hacerte una persona especial y no un gran regalo...
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